Cerebro o mente como centro del comportamiento

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¿En dónde radican nuestras acciones?

La psicología es la ciencia que estudia el comportamiento, queriendo demostrarlo, medirlo, verificarlo y dar tratamiento a los posibles trastornos que estas acciones pudieran presentar y que impiden la funcionalidad de las personas. La psicología se basa en el método científico para cada uno de estos estudios y tiene una gran relevancia.

El comportamiento se refiere a la actividad observable que los seres humanos demostramos en relación con todo el factor ambiental. Pero en este punto es en donde hay un desacuerdo entre quienes se interesan en buscar las raíces: ¿Este comportamiento viene del cerebro o de la mente?

El cerebro es una parte del órgano nervioso llamado encéfalo, que queda dividido en fibras nerviosas sensitivas y motoras; su unidad funcional es la neurona y a través de estímulos nerviosos se transmiten señales con información electroquímica que desencadena actividades en el cuerpo humano.

Por otro lado, la mente es un constructo, tiene una definición más abstracta. Lo anterior se dice, ya que, aunque los seres humanos han creado una definición generalizada de la misma, atribuyéndole las capacidades y los procesos mentales (como el pensamiento, el lenguaje, la inteligencia o la atención), no es una unificación la que se tiene en cuanto a este concepto.

El comportamiento de los seres humanos es errático, es impredecible inclusive para uno mismo. Si bien, el inconsciente te arrastra a través de los instintos de supervivencia, búsqueda de placer y evitación del dolor, hay más que solo eso en nuestra consciencia con "sc", porque conciencia se adentra en la moral, en la distinción del bien y el mal, pero consciencia es toda nuestra percepción. Nuestra consciencia es nuestro pequeño "yo" interior que ve nuestras acciones a través de la pantalla detrás de nuestros ojos, es quien obtiene los estímulos sensoriales, los organiza y les da un sentido. Este sentido es distinto dependiendo del juicio que hemos creado a lo largo de nuestra vida y también hay intervención ambiental.

Hay quienes dicen que para poder entender al comportamiento necesitamos entender los procesos exactos de la transmisión de neurotransmisores y la red exacta de neuronas; tener un mapeo fisiológico de cada uno de los grupos de neuronas. Otros y otras opinan que el comportamiento no radica en la fisiología sino en los procesos mentales, la motivación y la consciencia.

La pregunta destacada de este tema: ¿hay algún grupo de neuronas que definan nuestra personalidad y/o consciencia? No se ha descubierto con exactitud, debido a que la conformación de nuestra personalidad y evolución de nuestra consciencia son multifactoriales. Considero que el comportamiento tiene raíces en nuestro cerebro, en nuestra mente y en los estímulos externos, es un fenómeno biopsicosocial y casarnos con una sola característica implica invalidar los demás factores.

Nuestras acciones demuestran quiénes somos (nuestra personalidad), demuestran lo perteneciente a la mente: lo que pensamos, nuestras motivaciones, en lo que nos concentramos, nuestra forma de resolver problemas. Nuestras acciones figuradas como comportamiento demuestran nuestra humanidad. Nuestro ser no es solamente es la manera en que nuestro cuerpo reacciona a los estímulos, la percepción de esos estímulos se da a partir de la unidad funcional de nuestra mente, categorizamos a través de ideas, a través de asociaciones, a través de vínculos.

Quizá la mente tiene partida en el cerebro, pero las redes neuronales y los caminos que toman se forman a partir de las vivencias. Y, como en las teorías de los llamados "efectos mariposa", cada persona tiene posibilidades infinitas de vivencias y jamás tendremos las mismas vivencias que otras personas. Cada ser humano es único por sus vivencias que se convierten en ideas y que posteriormente esa información determina percepciones que dan lugar a nuestras acciones, a nuestro comportamiento. 

La mente podría estar en algún lugar del cerebro, pero esta se va desarrollando. Y aunque exista una  predisposición para ser, somos lo que creemos que vivimos. Somos lo que nuestras ideas nos dan a entender acerca de nuestra experiencia.

 

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