Desde hace un tiempo, el ser humano ha encontrado en los animales un refugio emocional y una compañía incondicional, también en algunas situaciones, un apoyo fundamental para su salud. Actualmente, en la mayoría de los hogares habita una mascota y con ello, se escriben historias únicas, llenas de amor y todo lo que conlleva una mascota, como travesuras, aprendizajes compartidos, desarrollo de la responsabilidad y un sin fin de anécdotas.
Al inicio, las personas nunca dimensionan cuánto cambiará su vida cuando le abren las puertas de su casa a estas criaturas. Cuando comienzan las primeras interacciones los animales pueden mostrarse tímidos, temerosos e incluso reacios al nuevo espacio que se les brinda y a las personas que interactúan con ellos, pero con el tiempo adoptan costumbres peculiares, tales como dormir con sus dueños, esperarles en espacios fijos o alguna serie de trucos no propias de su especie, finalmente terminan por adaptarse los unos a los otros y se crea un vínculo que muchas veces se ve reflejado en el día a día.
Perros y gatos, quienes son las mascotas más comunes, fueron domesticados hace miles de años, formando una estrecha relación con las personas. Con el pasar del tiempo, han llegado a ser considerados un miembro más de la familia, acompañando en cada etapa de la vida. Aunque no solo los tradicionales perros y gatos desempeñan este rol, sino también aves como cacatúas y periquitos del amor, pequeños mamíferos como conejos y hámsters, e incluso animales exóticos como tarántulas o serpientes que, aunque menos convencionales, también generan lazos profundos con sus dueños.
Además de brindar compañía, muchas mascotas cumplen funciones específicas. Por ejemplo, algunos perros son entrenados para ayudar a personas con discapacidad visual, para detectar enfermedades o incluso para brindar apoyo emocional a quienes padecen ansiedad o depresión. Estos animales demuestran una capacidad de adaptación impresionante, ajustando su comportamiento según el entorno en el que viven y la atención que reciben. Un perro que crece en un hogar lleno de amor será protector y leal, mientras que un gato criado en un ambiente afectuoso puede volverse más sociable de lo que los estereotipos sugieren.
A pesar de todos los beneficios y cualidades que poseen y brindan las mascotas, el abandono sigue siendo un problema recurrente. En la ciudad podemos observar en las calles como muchos se encuentran en situación de calle o los albergues siempre están saturados por lo que a veces no hay suficientes recursos para atender a todos. Seguir promoviendo la adopción responsable y el decirle no a la compra de animales es algo muy necesario, ya que tener una mascota implica una gran responsabilidad, pero también una recompensa inigualable cuidarlos y respetarlos es lo mínimo que podemos hacer por ellos, después de todo, son mucho más que simples mascotas, son nuestros compañeros.